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LA SALIDA

La puerta de entrada no es la de salida.
Tampoco existen salidas de emergencia.
La puerta de salida es única,
y está al final del camino.
No importa cuán lejos esté;
lo importante es mantener la mirada fija en el horizonte,
y no perderla nunca de vista.
Lo importante es saber dónde está “la”puerta de salida.

Nadie puede definir el “adelante” o el “atrás”.
Sin embargo, el tiempo siempre va hacia delante.
De la nada venimos; pero vamos hacia el Todo.
La puerta de entrada no es la de salida;
y no existen salidas de emergencia.

Quién, vencido por el cansancio,
dibuje una puerta sobre el muro;
solo golpeará su cabeza en el fallido intento.
Aquel que, presa de la desesperación y la desesperanza,
abandona en la mitad del recorrido
para volver a la puerta de entrada;
sólo estará alargando su camino;
pues deberá volver a entrar,
deberá volver a pasar por cada una de las estaciones.

Así como el Tiempo tiene un sentido único,
y no puede el hombre detenerlo ni invertirlo.
Así como las estrellas se separan
y no puede el hombre acercarlas.
Tampoco puede el hombre
detener eternamente su marcha
ni sofocar por completo su propia llama.
Así como aquella flor que muere prematura,
que volverá a ser flor, para luego ser fruto.
Así como la gota que viaja en el río,
llegará finalmente al mar.
Sólo la Nada puede permanecer en el umbral de la puerta, sin entrar.
Sólo el Todo puede trasponer la Gran Salida.

Rebeldía vs. Aceptación
Cansancio vs. Vitalidad
Ansias de Nada vs. Fe
No te equivoques: La Nada no es el reposo.
La Paz no está al principio sino al final.
No te equivoques: La puerta de entrada siempre está abierta;
pero no es la Salida.