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DEMON EST DEUS INVERSUS , dice una antigua frase simbólica.

ESPIRITU Y MATERIA son las dos caras de la moneda.


Entonces, ¿es el infierno la vida en la materia?
¿está el demonio en el placer material?
¿estamos condenados a una dual naturaleza divina y diabólica?

Espíritu- Materia son los dos aspectos de la Creación. El primero, creador del segundo para su manifestación. Y entrambos, creadores del Hijo.
Por tanto, la existencia material es divina creación.

El Mal no reside en la satisfacción de las necesidades materiales;
sino en la insatisfacción de las espirituales.

La inmersión en la Materia es parte del Plan (figura del ángel caído).
Es inevitable. Debemos “ser”en la materia, gozar y sufrir en ella.
Pero el demonio existe.
El demonio es el ser que olvidó su verdadera identidad, su naturaleza esencial.
El que descendió a la materia y “se perdió” en ella; para permanecer en las garras de la inercia y la inconciencia.

La meta evolutiva indica recuperar gradualmente la conciencia “en la materia”; y convertirla así en el vehículo de manifestación del verdadero ser: el morador.

Y así, el efímero placer material abre paso
al trascendental gozo de ser totalmente conciente, aún en la materia.



Recuerda quién eres