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Mi Padre no es el inmaculado, sin mancha ni crimen
que obtuvo su saber en teóricas lecciones,
que pretende imponer por dogma a sus seguidores.

Mi Padre no es aquel que no conoce necesidad, ni deseo.
No es el que nunca robó, sin conocer el hambre
no es el que nunca mintió, sin conocer el miedo
no es el que nunca pecó, sin conocer la pasión.

Mi Padre es El que ha limpiado con sudor sus actos injustos;
y más tarde sufrió la suma de las injusticias.
El que ha sido calumniado
y El que ha perdonado.
Mi Padre es el Ego que ha conocido todos los egoísmos
desde sus dos caras; y los ha superado.


Mi Padre no es el inmaculado, sin mancha ni crimen
que duerme su sueño inconsciente desde el principio de las edades.

Mi Padre es El que se ha revolcado en el lodo
y ha sorteado las arenas movedizas.
Es El que conoce todas las heridas, y todas las batallas.
Es el Ángel Caído,
que se ha lanzado al fondo del abismo por voluntad propia,
al verdadero campo de juego,
en donde se juega el drama del hombre terrestre.
Es el Fénix, que puede volar,
y que nunca se ha ido.
Es El que sostiene e impulsa a cada jugador herido.


Mi Padre es El que nos señala la Verdad, tras el pozo de la mentira.
la Justicia, más allá del fango de la injusticia
la Voluntad, resistiendo al tsunami de la inercia
y la tiranía de las necesidades inferiores.
la Humildad, tras la recaída en la vanidad
el Amor Altruista, como salida del laberinto del
amor egoísta.

Mi Padre es El que entiende
cuando ya nadie entiende.
Es El que está
cuando todos se han ido.
Mi Padre es El que me sostiene cuando toco fondo.
Mi Padre es El que me ha parido.
es El que me llama y me reclama,
es el que espera por eternidades,
al final del camino.




Mi Padre no es el inmaculado, sin mancha ni mérito;
que luego vendrá a juzgar,
virtudes y vicios que no ha conocido.
Es Prometeo encadenado a la roca, al final del pantano.
Antorcha cegadora que permanece en las tinieblas
para iluminar el oscuro laberinto;
y que permanecerá hasta ver salir del lodo al último de sus Hijos

…al último que haya osado entrar al verdadero escenario de la Vida.
Los que se hayan negado; no serán asistidos.