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No es la abstinencia
la que conduce a la superación
de conductas insanas;
sino la búsqueda de algo mejor”




Si gastaras todo tu dinero en golosinas,
nunca podrías pagar una buena cena.
Y tampoco tendrías estómago para el buen alimento.
Si gastaras todo tu dinero en calcetines;
no tendrías lugar para guardarlos,
y nunca podrías adquirir un buen calzado.


“Como es abajo es arriba”,
nos dice Hermes una y otra vez:

Si permanentemente ocupas tu mente
con pequeños pensamientos egoístas,
jamás alcanzarás la iluminación de la centella.

Si pones toda tu energía
al servicio de metas materialistas;
jamás saciarás el hambre espiritual.

Si permanentemente consumes tu energía
en la búsqueda del placer;
difícilmente tendrás recursos para alcanzar
el amor sincero y desinteresado.
Y menos aún para vislumbrar
el máximo goce,
el Amor Altruista.


En este conocimiento se funda la conducta sobria, y el ayuno,
nacida de la libre elección y la propia voluntad.
El ayuno impuesto dogmáticamente es una inútil degeneración.
De nada sirve evitar una pequeña gratificación,
si no es en función de una gratificación mayor.
Y en las antípodas:
quién no aprenda a dirigir sus energías;
jamás logrará salir de una pobre y gris existencia.